Alehop! La cuenta atrás empieza

Dziga Vertov salta

Hace cosa de once meses cerrábamos la segunda edición del (S8). En los pasillos de la Antigua Cárcel Provincial de A Coruña, una espectral performance en 3D de la sin par Zoe Beloff nos llevaba a otra dimensión, nos trasladaba a una tierra imposible atrapada entre el pasado y el presente en una psicofonía visual. Una manera de culminar unos días que nos depararon no pocas experiencias sobrenaturales. Pudimos, por ejemplo, experimentar en compañía de Nathaniel Dorsky su cine devoto, una sensación que nos traspasó de arriba a abajo. También, en una mágica noche coruñesa, Guy Sherwin y Lynn Loo protagonizaron un encuentro difícil de olvidar entre el cine performativo y los sonidos de la naturaleza. La Metrópolis de Fritz Lang también renació, con 20 minutos de metraje reencontrado después de largos años, y con la emoción de una banda sonora interpretada en directo por la Orquesta Filarmónica Cidade de Pontevedra.

El Super 8 demostró estar más vivo que nunca, bailando al son de deliciosos ritmos, en el programa de videoclip contemporáneo y found footage seleccionado por Playtime Audiovisuales. Los esquivos e incendiarios Letf Hand Rotation pusieron nuestras conexiones neuronales a funcionar con su Trucador y su Atención: Spoiler. El gran Vari Caramés escarbó en la superficie de la cárcel abandonada para mostrarnos su alma. Y redescubrimos auténticas joyas del pasado reciente y no tan reciente: desde el primitivo formato Joly-Normandin (de la mano de la Filmoteca Española) , peculiar invento cinematográfico de principios del siglo XX, hasta la contracultura gallega de finales del los 70, en el legado en Super 8 de artistas como  Xulio Correa, Luis Bericua, Vari Caramés, Ignacio Pardo y Manuel Abad. Dejando espacio también para las nuevas generaciones, con el trabajo de cuatro fascinantes directoras gallegas: Peque Varela, Lara Bacelos, Xisela Franco y María Ruído. Y como no todo el cine está necesariamente en las salas, el (S8) se expandió también en forma de instalaciones como la del resultado del taller para niños de Marcos Nine, La Brecha (del que este año veremos nuevas y nutritivas ramificaciones), o la Fiesta de los brutos y totales, videoinstalación de los alumnos de la licenciatura de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Vigo. Sin olvidar el espacio en el que se pudo ver la excelente labor audiovisual de La Casa Encendida, a través de la exposición de piezas del Festival Play y de En.Piezas, iniciativas llevadas a cabo por la institución.

También hubo lugar para el intercambio y las didácticas profesionales: desde el Observatorio, encuentro profesional que el año pasado giró en torno al archivo, hasta el taller para profesionales de 35mm de Kodak. Incluso cultivamos espacio para los más pequeños, a través de la obra de la pionera alemana de la animación Lotte Reiniger, y para otras manifestaciones artísticas que cruzan sus caminos con el cine: es el caso de Fume, obra en la que la bailarina y coreógrafa Ángela Blanco, en colaboración con Iván Rodríguez-Krah y Miguel Mariño, fundieron su trabajo con  las imágenes del cineasta gallego premiado en Cannes Oliver Laxe.

Desde entonces no es poco lo que ha pasado, ya no sólo en el (S8) sino en el mundo, sin olvidar lo que se refiere al cine en nuestro país. Hoy se nos hace aún más imprescindible que nunca que el (S8) exista,  y que sea una celebración de la creación autónoma, del reciclaje y de la vida misma. Cambiamos de sede, pero no de espíritu. Dentro de menos de un mes empezará una explosión incontenible de cine: Super 8, 16mm, experimentación, performance, apropiación, vanguardia y entusiasmo. Una fiesta en la que público cinéfilo se encontrará para disfrutar de una programación, dentro y fuera de las salas, construida con pasión y esmero. Sólo una pequeña muestra de nombres ya hace que la espera hasta entonces se haga larga: Peter Kubelka, Michael Nyman (acompañando a Dziga Vertov), Naomi Uman, Lewis Klahr, Janie Geiser, Miwa Matreyek, La Cuadrilla, o Andrés Duque, podemos decir, dejando aún en el tintero cosas que quedan por descubrir. La cuenta atrás empieza. Alehop!