El katsuben, un espectáculo inédito en España, en la gala de inauguración del (S8)

jirokichi 1La concepción del cine en Japón es muy distinta a lo que imaginamos. El katsuben es un espectáculo único, que mezcla el cine con la tradición oral y la música japonesa, que surgió en el país oriental en la época del cine mudo. Este año la gala inaugural de (S8) Mostra de Cinema Periférico trae por primera vez el katsuben a España este 4 de junio. La experta en cine y cultura japonesa Nieves Moreno –que también dará una conferencia sobre el tema el lunes 2 de junio– nos explica más sobre este fascinante arte.

El cine japonés de los inicios nunca fue mudo, música y narración en directo fueron elementos indispensables del espectáculo visual. Desde la llegada del Cinematógrafo de los Hermanos Lumière a Japón en 1897, las imágenes en movimiento rápidamente se convirtieron en la principal actividad de ocio de la sociedad japonesa. Este entretenimiento, fruto de la recién adquirida modernidad, pronto se desarrolló como una floreciente industria que permitió que el mercado cinematográfico japonés se convirtiera en una de las más potentes industrias de cine del mundo. Lamentablemente, y debido a diversos factores, la producción anterior a 1925 prácticamente ha desaparecido, tan solo queda un 4% de la producción total. La labor que entidades públicas y privadas han hecho para proteger y promocionar esta parte de la historia artística de Japón es de gran valor, y gracias a ese trabajo podemos disfrutar hoy de espectáculos únicos como el del katsuben.
El período llamado de “cine mudo” en Japón fue una etapa rica en experimentación sonora. Diferentes técnicas, algunas provenientes del teatro o de la tradición oral, se aliaron con elementos narrativos novedosos que permitieron el nacimiento de los narradores del silencio, conocidos como katsuben. Su labor consistía en acompañar al espectador en la experiencia cinematográfica, remarcando los estados emocionales de los personajes, interpretando los diálogos o leyendo los intertítulos. Con el tiempo fue tal la magnitud y popularidad que adquirieron, por encima incluso de los actores, que se organizaban espectáculos de narración en los que varios katsuben rivalizaban al narrar un mismo film. Incluso se llegaron a fundar diferentes escuelas con el fin de formar a los mejores narradores fílmicos.

Las imágenes se pusieron al servicio de las palabras propiciando que la cinematografía japonesa tuviera un desarrollo único en la historia del cine universal. Años después de la aparición del sonoro los narradores siguieron ofreciendo su espectáculo, lo que demuestra que su uso no respondía únicamente a una necesidad de comprensión del público con el lenguaje fílmico. El katsuben y el acompañamiento musical, que podía ser tradicional o moderno dependiendo del film, ofrecía un extra al espectáculo visual, y el nombre de muchos de ellos han pasado a formar parte de la historia del cine japonés.

Diversas técnicas narrativas conformaron el arte de la narración convirtiendo el hecho de ir al cine en una experiencia dinámica, participativa y vibrante. Su trabajo consistía en una mezcla de talento, conocimiento e improvisación. Con el desarrollo de las técnicas cinematográficas e interpretativas los katsuben tuvieron que ir modificando un espectáculo que nunca desapareció del todo. Hoy en día son varias las instituciones, tanto públicas como privadas, las que permiten que esta particular manifestación artística permanezca.