Entrevista con Marcos bertoni, el Super 8 al poder
Marcos Bertoni, invitado especial de esta edición del (S8), nos habla de cómo, desde cuándo y por qué hace cine.
¿Me puedes contar como empezaste a hacer cine, cuándo hiciste Cleopatra?
Al principio de los años 70, final de los 60, un amigo me dijo que existía un tipo de cine más pequeño parecido al comercial en 35mm. El sistema era el Super 8, y él tenía una cámara para filmar, proyectores, máquinas para montar… Cuando vi ese conjunto de cosas que mecánicamente eran lo mismo que las que se emplean para hacer cine, pero sin la industria que lo acompaña, me encantó.
Comenzamos experimentando con animación en formato corto. Cleópatra fue una idea de mi amigo, hicimos los diversos personajes con un solo actor, de esa manera conseguimos hacer una película prácticamente sin dinero. El lema era producir alternativamente, de manera muy sencilla. En el inicio de la película, el narrador habla sobre esta tentativa : “Finalmente Luna Filmes (la productora) propone como hacer una película sin causar pérdidas”. Como las que produjo la Cleopatra de Elizabeth Taylor.
¿Qué vino después de Cleopatra?
Hasta el 86 hice más de 20 películas
¿Fueron todas en Super 8? ¿nunca pensaste en pasar al 16mm?
No, lo único diferente al Super 8, fue cuando utilicé Single 8, que es parecido pero con un material más transparente, más resistente y más sensible, con asa 200 en vez del 120 que había en aquellos días.
Hubo un momento en el que dejaste de hacer películas y, por lo que nosotros sabemos, no volviste hasta el Dogma 2002, ¿hay algo entre ese año 86 en el que habías hecho 25 películas hasta el 2002?, ¿hiciste cine en ese tiempo?
Trabajé un poco con VHS, el vídeo más casero y barato, porque me acostumbré a tener bajos presupuestos y a trabajar con equipos pequeños, de un par de personas, no como en la industria del cine. Pero lo que me gusta de verdad es la proyección de una película sobre una tela blanca, no en emisión electrónica. No se si es por purismo.
Cuando proclamaste el Dogma 2002, ¿qué fue lo que causó que empezaras de nuevo a hacer películas en Super 8 y lanzaras este manifiesto?
Pasaron casi dos décadas. Un día que llovía mucho y estaba nostálgico, sentí la necesidad de tocar el cine más pequeño con mis manos. Comencé a sacar pedacitos de películas que ya no me servían, que había metido en un saco de basura, y hacer empalmes aleatorios a modo de revival, y para mi sorpresa me gustó mucho esa manera de producir, con muchas limitaciones. Inventé este nombre sin pretensión académica ni seria.
Por ejemplo, Coco preto , ¿sale de esa idea de recoger los pedazos de otras películas?
En este caso hay 9 o 10 trozos de otras películas, cortes que no me sirvieron en su momento. Es un reciclaje.
¿Es cierto que hay planos en los que no aparece el Coco preto y tú lo haces en directo durante la proyección?
Sí, porque se puede hacer todo siguiendo el Dogma 2002. Salvo filmar, los preceptos imitan un poco a los carteles de prohibición de fumar: “está prohibido filmar”, “está permitido montar y doblar”. De 2002 hasta ahora, solo produzco de esta manera, reciclando, ya sea un documental, en los que muchas veces no aparece ni una imagen del tema, aunque el sonido sí puede ser real.
Por ejemplo, ¿nos puedes contar algo sobre tu película Môr?
Es mi último trabajo. Fue completamente espontáneo, no tardé más de dos horas en iniciarlo y finalizarlo. Conocía a un chico de un laboratorio que intentó revelar a mano una película y no lo consiguió. No pudo quitar una de las capas de emulsión de la película. La miré con un micrófono acoplado al proyector e hice un doblaje improvisado.
¿Montas la película y luego haces el doblaje la primera vez que la ves?
Sí, en general eso es lo que hago, cuando la película tiene un soporte preparado, la banda magnética que viene ya pegada. Pero muchas veces el sonido sugiere nuevos ajustes.
¿El sonido te viene a la cabeza cuando estás viendo la película, no está planeado?
Ocurre de todo, es como cuando un compositor hace previamente una melodía y en otro momento hace la letra, muchas veces es necesario reajustarla.
¿Piensas que el hecho de que te guste trabajar en cine tiene que ver con que te guste hacer cosas con las manos? He leído que has hecho una bicicleta de madera, que has hecho reproducciones de instrumentos de la ópera china, etc.
Sí, hay un sentido de lo artesanal, de trabajar con las manos. El digital, por ejemplo, me da un poco de asco, pero no uses esa palabra (risas), porque no me permite este contacto.
Sales en la película Avanti Pópolo, ¿puedes contar cómo fue?
Participaba en un festival en Brasil, en el que yo y el director enseñábamos cada uno una película. Al final del festival, nos conocimos, y me propuso hacer un cortometraje, él como director y yo como personaje. Un año después nos volvimos a encontrar y me dijo de hacer un largometraje, porque cuando empezó a tratar las imágenes se dio cuenta de que teníamos mucho material. Pasaron unos días y me dijo de incluir uno de mis cortos. Y al final, además de incluir el corto, terminé siendo un personaje más de la película, un hombre que repara proyectores.
La segunda vida de las imágenes. Marcos Bertoni
Hoy a las 17h.
Afundación. Sala (S8)