Ken Jacobs. Inconformismo en profundidad

Bronce

Intentar resumir sesenta años de la obra de Ken Jacobs, al menos para componer un cuadro general, no es tarea fácil. Pues se trata de un trabajo que adopta tantas y tan variadas formas que, visto sin el suficiente detalle, podría pensarse que se extiende por ramas que no pertenecen al mismo árbol. Pero sí que pertenecen, y precisamente su diversidad da cuenta de la resistencia de Jacobs a permanecer dentro de sus zonas de confort. Una búsqueda permanente que enlaza con algo esencial para él, que es el cine como experiencia. Y que explica, por un lado, su trabajo performativo, y por otro lado, el hecho de que sus películas no parezcan nunca sentar cátedra sino más bien ser una invitación a la vivencia y al cuestionamiento constante de lo establecido. En estas cuatro sesiones Jacobs muestra un ejemplo de todo ello.

La primera sesión recoge sus primeros films, intentos por trasladar al cine lo experimentado en la vida, que se apoyan en dos elementos fundamentales en esos años para Jacobs. Por un lado, la comunidad judía en la que creció, que se ve en Orchard Street, film que en su título evoca el nombre de la calle que retrata, efervescente foco de vida comunitaria y comercio semita que estaba a la vuelta de la esquina del lugar en el que vivía Jacobs en los años 50, tras servir como guardacostas en Alaska: única forma en la que pudo evitar ser llamado a filas para luchar en Corea. El GI Bill, ayuda que daba entonces el gobierno a veteranos de guerra para estudiar, le dio la posibilidad de estudiar cine y pintura (como fue el caso también de otro pintor-cineasta, Robert Breer). Por esos años conocería a Jack Smith, que ocupa un papel esencial en el resto de films de la sesión. Tanto The Whirled como Blonde Cobra y Little Stabs at Happiness tienen doble fecha: filmados en la segunda mitad de los 50, no fueron terminadas sino en 1963-64. En el caso de las dos últimas, no fue hasta estos años que consiguió dinero para hacer copias de las películas, gracias Jonas Mekas, a quien conoció en 1962. Años en los que, por cierto, se había distanciado ya de Smith tras unos años intensos de amistad y colaboración. The Whirled es una compilación de películas hechas con Smith, Blonde Cobra una suerte de film de apropiación hecho de restos de dos películas truncadas de Smith y Bob Fleischner, y Little Stabs… fue un film hecho al vuelo en la época en la que Jacobs empezó su obra magna Star Spangled to Death (según sus propias palabras, Little… fue una especie de respiro en medio de este trabajo colosal). De esta última dice Tom Gunning algo que enlaza con el contenido de la siguiente sesión «… Jacobs celebra ocasionalmente los tiempos muertos, capturados muy elocuentemente en su film Little Stabs at Happiness, hecho a partir de rollos de 100 pies de película tal y como salieron de la cámara. En algunas conversaciones, Jacobs evoca la imagen de una familia de cavernícolas, un día lluvioso de la edad de piedra, viendo llover desde su cueva, como ejemplo del tiempo esencialmente humano que la historia pierde de vista a menudo. Mientras que las películas comerciales parecen diseñadas para evocar la espera ansiosa de un final venidero, Jacobs espera poner a sus espectadores en sintonía con la riqueza de los tiempos muertos. Un momento que no promete ni un climax ni un aplazamiento, sino que posee su propio peso y presencia, y proporciona una imagen de felicidad presente en varias de las películas de Jacobs”.

La imagen de la felicidad, o la imagen de la propia existencia y cotidianidad, en 3D (del que puede ver “hasta un tuerto”) o en 2D, es lo que une las piezas que se pueden ver en la sesión 2. Por ejemplo, la cálida intimidad de Nissan Ariana Window (1969) película que lleva el mismo nombre que su primera hija, que aquí vemos dentro del cuerpo de su mujer Florence, embarazada, y luego, tras una elipsis típicamente cinematográfica, ya convertida en niña. También de la vida doméstica surge Cyclopean 3D: Life with a Beautiful Woman, que retoma en 2012 fotos estereoscópicas de su vida familiar, sus hijos y amistades, hechas en los tiempos del Kodachrome, al igual que hiciera en ese retrato de tridimensionalidad nerviosa que es Jonas Mekas in Kodachrome Days (2009). A Loft (2010) y Canopy (2014) lo que abordan es el espacio circundante (con una pizca de denuncia de la especulación sobre el suelo de su ciudad): una recoge el estudio de un artista (carne de gentrificación), y la otra convierte en abstracción 3D los sempiternos andamios de las calles neoyorquinas.

La tercera sesión tiene mucho que ver con los experimentos con la percepción de la profundidad, hechos a partir de material propio y ajeno. Por un lado, están los que beben del efecto Pulfrich, una percepción psicofísica en la que el movimiento lateral de un objeto en el campo de visión es interpretado por cerebro como un componente de profundidad, debido a una diferencia relativa en el tiempo de emisión de la señal de cada ojo. El efecto por lo general se activa colocando un filtro neutro (como el de una gafa de sol) delante de uno de los ojos. Jacobs se adentra en el estudio de esta clase de fenómenos (todavía sin gafas) con Window (1964), película en la que filma las vistas desde su ventana con movimientos de cámara laterales combinados con zooms para expandir y contraer la profundidad. Algo que lleva un paso más adelante, ya con gafas, en el recorrido de Globe (1969), y luego en Opening the Nineteenth Century: 1896 (1990), con un fragmento filmado desde la ventana de trenes que atraviesan París, Venecia y el Cairo por un operador de los Lumiére (siguiendo la moda de los panoramas, esa atracción decimonónica): el 3D estuvo ahí desde el principio. Un tren también es el protagonista de Disorient Express (1995), hecha a partir de una antigua película reimprimiendo ópticamente el material y manipulándolo para lograr el efecto del juego de palabras de su título: que tomemos un expreso directo a la desorientación perceptiva. Finalmente, esta vez usando una fotografía estereoscópica cuya tridimensionalidad activa por medio del vídeo, Jacobs nos sumerge en la multitud (de unos tiempos en los que el sombrero era ineludible) en The Surging Sea of Humanity, película hecha en 2006 y que entronca con la apertura de la siguiente sesión.

También hechas con fotografías estereoscópicas en 2006 son las dos piezas que abren el programa 4: Capitalism: Slavery y Capitalism: Child Labor. Díptico sobre uno de los pilares del capitalismo, la explotación humana, en este caso en forma de esclavitud o de menores en trabajos fabriles. Los últimos años del trabajo de Jacobs reflejan la actitud crítica y la conciencia política que le ha acompañado durante toda su vida. Another Accupation (2011) es todo un despliegue de sus trucos espaciales sobre el metraje encontrado de un tren que recorre la zona de Bangkok, con la intención de dejarnos suspendidos en una imagen: la de otra ocupación diferente a la que estamos acostumbrados a pensar. La que ejerce sobre la vida humana el servicio militar, escondida bajo la falsa dignidad de un uniforme. Cierra la indescriptible y apabullante Seeking the Monkey King (2011), feroz crítica a la sociedad americana, hecha con la consciencia plena de alguien que no señala con el dedo de la superioridad moral sino que se reconoce como parte de eso que solemos llamar “la gente”. Película que, como no podía ser menos, es incendiaria no sólo en su contenido sino en su forma.