Accións y delirios en 8mm. Galicia 1975-85
El ciclo «Otros formatos del cine en Galicia. Cine Recuperado» nos trae un conjunto de trabajos que dan fe de la escena creativa sin igual que hubo en Coruña entre finales de los 70 y principios de los 80. Hablamos con Xurxo Taxes, comisario de esta muestra junto con Ánxela Caramés.
Accións e delirios en 8mm. Galicia 1975-85, ese es el nombre del ciclo. ¿Qué ocurría en Galicia esos años? ¿Qué representa la época y el ambiente que refleja esta selección de películas?
En los últimos años del régimen franquista y primeros de la democracia, Galicia despertaba de un largo adormecimiento cultural y artístico, fruto de la represión política y social dictatorial. Latía un nuevo espíritu de innovación, desafío y ruptura en las iniciativas artísticas del momento, en el fervor creativo de un tiempo que va del compromiso antifranquista a la posmodernidad, en un lugar no tan aislado del contexto sociocultural internacional como cabría pensar. Una renovación que alcanzaba todos los campos de la creación y que derribaba las barreras entre las diferentes disciplinas, en el contexto estatal de cambio sistémico, social, cultural y de mentalidades. En resumen, la juventud como motor de la revolución cultural y del proceso de liberación de las costumbres y los 8 milímetros como campo de pruebas y registro fragmentado de esta eclosión.
El colectivo que firma estas películas está formado por personas que no vienen necesariamente del audiovisual. ¿Puedes situar la relación de estos artistas con el cine? ¿Qué propicia la creación de éstos experimentos?
En rigor, aunque hablemos de iniciativas grupales, interdisciplinariedad y colaboración, existen obras individuales, con firma. Además, efectivamente, no son piezas de cineastas. Son trabajos experimentales -sin ataduras, a veces delirantes- en 8mm y súper 8, de creadores que debutan. De la cámara/pincel del artista plástico, hoy reconocido videocreador, Ignacio Pardo, al “ensayo-error” de los fotógrafos Luis Bericua, Vari Caramés y Xulio Correa en “Tres Homes Obxecto”, pasando por el pequeño documental, recientemente recuperado, que el realizador Manuel Abad filmaba durante el happening del herculino “Grupo de Arte Experimental A Carón” en el psiquiátrico compostelano de Conxo, en 1976. Una iniciática y polémica acción de grupo en la que participan también los internos del centro bajo la atenta mirada de algunos médicos progresistas influenciados por la antipsiquiatría.
¿Cuál era la inspiración de la que bebían los happenings? ¿Qué referentes (artistas, movimientos) se manejaban?
Los artistas de “A Carón” (fotógrafos, pintores, escritores, escultores, músicos, actores…), colectivo pionero en Galicia en la realización de estos eventos artísticos con participación del público, refieren múltiples fuentes de inspiración: la compañía estadounidense The Living Theatre, el aprendizaje parisino del alma mater del grupo, el pintor Alberto Carpo, o anteriores acercamientos de las artes a espacios y grupos marginados.
Viendo con perspectiva las películas, ¿qué resaltarías, en cuanto a su importancia y su valor, a quien las ve por primera vez?
Más allá de su valor cinematográfico y artístico, documentan las relaciones entre arte y sociedad en un momento histórico convulso. Testimonian un empuje artístico rebelde, novedoso, provocador… en una etapa con gran efervescencia de nuestra historia cultural reciente, empuje que persigue la liberación del arte encorsetado por la dictadura. Valga también este ciclo como tributo a todos los creadores -lamentablemente, no todos representados en esta sesión- que protagonizaron multitud de audaces experimentos en la Galicia del tardofranquismo y la transición a la democracia, fomentando con ellos la creación de una ciudadanía despierta y combativa, la misma que en nuestros días acude a las proyecciones y actividades de este encuentro cinematográfico en la antigua prisión provincial.