Verse y sentirse filmado: la memoria de memoria de Paula Gaitán
Por Mónica Delgado (fundadora de Desistfilm.com)
Si en Diário de Sintra, la cineasta Paula Gaitán explora un imaginario alrededor de Glauber Rocha, a partir de una visita realizada a una provincia portuguesa, recuperando material e insertándolo en un nuevo sentido del viaje y el recuerdo, en estas Memória da Memória la intención de la vuelta a la vida de las imágenes es distinta. Es más bien un recorrido interior, a medio camino entre las notas o apostillas, sobre el mismo acto de filmar y sentirse filmado. Hay algo de eso en Noite, su más reciente largometraje, donde la fascinación del sentirse observado queda patente a través de la expresión de los cuerpos femeninos en baile o frenesí indisociables con el ritmo que los mueve. Así, Memória da Memória deviene en un film sobre una mujer filmando y filmándose, ante todo.
El título de este cortometraje de Paula Gaitán remite a un proceso de ensamblaje del pasado, a modo de espiral, que se va configurando desde el presente, a partir de los comentarios de la proyección que inserta como parte de esa memoria de memoria, que en doble vía impide el olvido. Gaitán realiza un trayecto autobiográfico con retazos diversos, que la reflejan en diferentes momentos de su vida desde la dispersión, evocando a la familia, a los amigos, o a la soledad misma. Parte de un collage de fotos, montadas unas detrás de otra, y bajo la premisa del pie de página, o de la reflexión, mostrando la progresión dentro de una genealogía familiar y desde lo íntimo, hasta escenas en Super 8 e inserciones desde lo digital y su textura.
El viaje en el tiempo no solo es un remolino de recuerdos de sí misma, a través de la mirada de los otros o de observación de aquellos que no quieren ser filmados, sino que Gaitán superpone otra capa sentimental a esa reconstrucción personal desde el fragmento: los comentarios de sus hijos y amigos mientras vemos la proyección en un espacio familiar y casero. Cine dentro del cine. Y así se descubre a sí misma en una suerte de mirada en el espejo, que conserva su carácter iniciático, y a la caza de aprehender aquello que la cámara como extensión del cuerpo humano permite.
Como en otros trabajos de Gaitán, la música cumple un rol fundamental, no solo porque brinda un ritmo especial a las imágenes en movimiento, sino que aluden a un tipo de sensibilidad que solo las canciones acompañan, como híbrido único: Sonic Youth, Pappo o Sufjan Stevens, como parte de esos recuerdos conservados en Super 8 y arrojados a una nueva existencia.
Memória da Memória apenas alude a Glauber Rocha, quizás su espíritu permanece en el aire, en la motivación misma del acto de filmar, ya que es más bien el cortometraje se trata del rescate de un ánimo por indagar en el acto del registro y del sentirse eternizado, como la escena de Paula semidesnuda frente al espejo o cuando ella registra a dos mujeres retozando en la playa, una de ellas Viva, la musa de Andy Warhol. Y las claves del corto están en esas dos escenas que se corresponden, en la intención de esos cuerpos capturados tanto desde el desconcierto y la fascinación.
La segunda vida de las imágenes. Paula Gaitán
Hoy a las 19h.
Afundación. Sala (S8)