Martina es la directora de Fragments of Kubelka, documental que mostramos y que se pasea de forma rigurosa por el universo del austriaco. Hablamos con ella sobre su obra.
¿Por qué decides hacer una película sobre Peter Kubelka?
¡Esta es la famosa pregunta del POR QUÉ! Necesito explicar que nunca hay un sólo “por qué”. Si al empezar un trabajo supiera el “por qué” y tuviera planificadas todas las respuestas, y un concepto, eso no dejaría espacio para la exploración y la sorpresa. Es importante ver con ojos frescos. Espero que ver mi documental dé una aproximación rigurosa. Trabajando en el campo del documental estoy éticamente obligada a intentar hacer justicia a la persona o a la materia que trato. Investigué mucho. Todo va de encontrar la esencia y transmitirla lo más verazmente posible al espectador para que él/ella mismo/a juzgue.
¿Cómo entraste en contacto con Kubelka? ¿Cómo reaccionó cuando le propusiste la idea?
Desde mi juventud he asistido a proyecciones en el Austrian Film Museum, que fue co-fundado por Peter Kubelka. Mi educación cinematográfica se la debo a la programación de Viena, y me impactó profundamente ver el film de Kubelka Arnulf Rainer, uno de los eventos cinemáticos más puros jamás vistos en una sala de cine.
Peter Kubelka también fue el co-fundador del Anthology Film Archives de Nueva York, que fue una fuente esencial para mi trabajo sobre las pioneras del cine Maya Deren y Marie Menken. Fui asistente de su director, el cineasta Jonas Mekas, en algunos proyectos de restauración de películas, y él es íntimo amigo de Kubelka. Mi interés en la historia del cine de vanguardia condujo a mi película Notes on Marie Menken. Para empezar este documental grabé a Peter Kubelka una tarde. A él le gustó como trabajaba, cámara en mano. Aunque ya había rechazado que se hiciera un documental con él y sobre él en el pasado, parece que se abrió a esta posibilidad en los últimos años. Estaba en el aire. El tema finalmente me encontró, y no pude escapar a él. Kubelka me puso muchas condiciones, algo así como “reglas del juego”. Fue un reto trabajar con él, pero me hizo crecer.
¿Cómo fue el trabajo diario con Kubelka?
Trabajamos juntos un largo periodo de tiempo. Odia hacer planes y odia trabajar de acuerdo a un horario. Admito que a veces me desesperaba.
¿Descartaste mucho material en el montaje? ¿Cómo decidiste qué incluir y qué no?
Uno casi siempre tiene un total de horas grabadas muy superior a lo que termina formando parte de la obra final. Investigué intensivamente y acumulé mucho material de archivo. Entrevisté a amigos y colaboradores suyos para saber más. El montaje y la edición son principalmente condensación. Como dice Peter Kubelka en el documental acerca de la edición, “el cineasta cocina el film”. Traté de concentrarme, en la estructura de la película, en la esencia del trabajo de Kubelka y en sus temas.
Con respecto a qué no incluir -una de sus condiciones fue no hacer transfers digitales de sus películas. Es ferozmente partidario de la tecnología cinematográfica analógica, el celuloide y su protección. Aprecia profundamente la materialidad del cine y la película como “una escultura delgada y transparente”. Yo misma había empezado a trabajar con celuloide. Disfruto al mirar la película a trasluz, un fotograma a la vez. Me gusta tocarla. Entiendo perfectamente cuando él dice que uno “piensa a través del cuerpo”. Me fascinan sus films métricos, que son profundas reflexiones sobre el fenómeno del tiempo en el cine. Podría seguir así infinitamente… Pero por favor, ved mi documental. Ahí ya está todo dicho.
Has dirigido películas sobre cineastas experimentales, introducciones al trabajo de artistas como Maya Deren o Marie Menken. ¿Planeas seguir con esta serie? ¿Quién será el próximo?
Es una buena pregunta. Cada película que he hecho ha salido de la anterior. No sé que será lo próximo. info
Fai cousa de once meses pechábamos a segunda edición do (S8). Nos corredores do Antigo Cárcere Provincial da Coruña, unha espectral performance en 3D da sin par Zoe Beloff levábanos a outra dimensión, trasladábanos a unha terra imposible atrapada entre o pasado e o presente nunha psicofonía visual. Un xeito de culminar uns días que nos depararon non poucas experiencias sobrenaturais. Puidemos, por exemplo, experimentar en compañía de Nathaniel Dorsky o seu cine devoto, unha sensación que nos traspasou de arriba a abaixo. Tamén, nunha máxica noite coruñesa, Guy Sherwin y Lynn Loo protagonizaron un encontro difícil de esquecer entre o cine performativo e os sons da naturaleza. A Metrópolis de Fritz Lang tamén renaceu, con 20 minutos de metraxe reatopado despois de longos anos, e coa emoción dunha banda sonora interpretada en directo pola Orquesta Filarmónica Cidade de Pontevedra. info