Distruktur. El medio justifica los fines
Con un trabajo que propone una narrativa esquiva, y con una fuerte ligazón a la cultura de la segunda mitad del siglo XX (en lo referente a la música y cine, sobre todo), Distruktur llevan a cabo desde 2006 un trabajo que parte del cine el 16mm para expandirse por los terrenos de la performance. Ellos mismos ruedan, revelan y montan su trabajo, y también componen las bandas sonoras y tocan los instrumentos que suenan en sus directos. A continuación, todo lo que siempre quiso saber (y nunca se atrevió a preguntar) sobre los orígenes de Distruktur, su trabajo con celuloide y su vertiente performativa.
Gustavo Jahn y Melissa Dullius se conocieron en Porto Alegre a finales de los 90, en medio de una escena efervescente de gente que filmaba en Super 8. Ahí esta el germen del dúo que años más tarde formarían. En esos momentos, como explica Jahn, “era bastante natural rodar e interaccionar con el Super 8, para después pasar al 16mm y al 35mm. No era algo que tuviera que ver específicamente con la película. Eso, la verdad, vino mucho después”. Según Dullius, “las películas en Super 8 se hacían con un micropresupuesto, no había escuela de cine, sólo una cátedra en la universidad en la que se filmaba en 16mm”. Sin mayores recursos para hacer cine, como explica, una figura esencial en sus comienzos fue Giba Assis Brasil, uno de los fundadores de la Casa de Cinema de Porto Alegre “conocimos a un grupo de gente y empezamos a filmar. La cámara que usábamos era de Giba, una Canon que nos prestaba. Giba era como nuestro gurú”.
Tras varios años filmando en Brasil, se mudan a Berlín en 2006, donde se meten de lleno en el cine en 16mm y hacen oficial su andadura como dúo. Labor Berlín (uno de los laboratorios invitados al Focus on Artist-Run Film Labs de la pasada edición de la Mostra) fue pieza esencial en esta fase. Jahn cuenta así esa transición “pasamos a filmar en 16mm, porque alguien tenía una cámara y poco después, resumiendo, nos mudamos a Berlín. Fue cuando conocimos a la gente de Labor, que es un laboratorio de revelado, que el 16mm pasó a ser nuestra herramienta principal, pues prácticamente sólo filmamos en 16mm y es el formato al que más próximos estamos. Creo que nuestra técnica y nuestro lenguaje surgieron a partir de esa relación directa con el soporte. Fue todo un proceso de familiarización con la cámara, con el material. Comenzamos a pegar, revelan, cortar, y a montar todo y así es como construimos nuestras películas ya pensando en eso”. Dullius añade “también es importante pensar desde el ángulo opuesto, en el sentido de que el cine de la materialidad es un trabajo superficial. Y no es eso tampoco. Recientemente mostramos Filme de Pedra en Rotterdam, por segunda vez, en un laboratorio en donde el trabajo de la gente se concentra sobre todo en la visualidad del film. En ese contexto, nuestro films son demasiado narrativos, de modo que la gente los encontró extraños”. A pesar de trabajar en cine, Distruktur no niega las virtudes del digital, abogando por la coexistencia de ambas herramientas de trabajo.
Creación que engendra creación
Una de las más interesantes vertientes de Distruktur es su trabajo en directo, del cual tendremos ocasión de ver una muestra en el (S8). Algo que parecía natural en un dúo de su perfil creativo, y cuyo reciente origen Dullius narra así: “es algo nuevo en nuestro trabajo y viene dado también por el material. Revelamos a mano y al final, en algunos casos, no tenemos cómo ponerle sonido a las películas. Tenemos películas mudas, pero generalmente el sonido es bastante importante. Fue así como surgió la cuestión de cómo presentar esos films trabajando la música en vivo, como si fuese una performance. La primera vez que lo hicimos fue en 2011, con Éternau Alterstereo”. Jahn añade “la manera en la que trabajamos aquí en Berlín no tiene un límite muy definido de decir donde empieza el film y donde acaba. Es una cosa más de producir continuamente. Y, al mismo tiempo, tenemos una voluntad de enseñar las películas. Las performances tienen que ver con eso, con el retrabajo del film, con interaccionar con un work in progress. La propia performance, en vivo, y después la conversación con el público ya indica una relación de ida y vuelta con el film. Creo que existe ese rigor de la obra acabada y también esa situación de la performance, de producir continuamente y así tener la necesidad de trabajar ese material no sólo nosotros dos, sino de traer a la proyección dentro del proyecto creativo”.
Es así como cada trabajo determina también si será finalmente un film cerrado o una performance. Como explica, “In the Traveler’s Heart fue pensado como un film acabado, para ser visto sentados en una sala, mientras Filme de Pedra tendría un calor más humano, inacabado, en proceso y con presencia. Eso está bien, un momento más frío y otro más caliente”.
Es el mismo proceso creativo, así, el que decide. Como cuenta Jahn “la historia de In the Traveler’s Heart es eso: una historia desde que él sale del mar, y llega a esas pirámides de hielo. Pero incluso en la segunda parte de Filme de Pedra cuando salíamos de las piedras e interaccionábamos con las personas, casi todas esas escenas surgieron de los lugares… Tenemos un film, Fluxus (2009) que mientras lo montábamos, íbamos inventando un nombre para cada escena y después creamos una música y una letra que juntaba todos esos títulos que les dimos a las escenas. Porque el material en sí genera más cosas. El material genera más materiales, y en este caso el material necesitó música y letra. Las cosas también se van multiplicando. Es como un archivo. Vas produciendo y sistematizando, creando categorías, les das vueltas, abres un cajón, vuelves y utilizas esto o aquello. Ese trabajo de edición viene junto. Tienes cosas a mano, y vas necesitando otras. La gente produce un poco así. Se necesita una música, la creas, la tocas y si queda bien, entonces te la quedas. Es una cosa del momento de creación… lo bueno es producir todo el tiempo y acumular”.
S8 Contemporáneo
Distruktur
Hoy a las 19h.
Afundación. Sala (S8)
Desbordamientos
Distruktur
Sábado 6 de junio a las 22.30h.
Fundación Luis Seoane